Para L.B
Muérdeme el húmero, me decías
arrastra tu orgasmo de estufa
a la orilla de los músculos.
Yo, ignorante, apuntando:
no sabía de qué rama
prenderme de dientes.
Muérdeme, decías;
y yo hastiada de caer de la copa
entendí que los sauces
jamás dejarán su polidipsia empedernida
por ésta saliva extinta.
Ahora estremezco al ver tus hojas
cayendo, acres, de tus pupilas insómnicas.
arrastra tu orgasmo de estufa
a la orilla de los músculos.
Yo, ignorante, apuntando:
no sabía de qué rama
prenderme de dientes.
Muérdeme, decías;
y yo hastiada de caer de la copa
entendí que los sauces
jamás dejarán su polidipsia empedernida
por ésta saliva extinta.
Ahora estremezco al ver tus hojas
cayendo, acres, de tus pupilas insómnicas.