martes, septiembre 19, 2006

Monstruos



Perdóname Dios, Padre amado...
hoy tengo ganas de matar...

Cual pájaros de pesadillas
los hombres vuelan las calles...
¿Qué derecho tienen ustedes
de abrazar nuestros labios?

Somos pétalos y espinas...
vientres de almizcle
_______________de lágrimas
alevillas, intrigas de nácar...

Y vosotros... esquirlas de humanos
necrosan los sueños
_______________ésta inocencia
que nos cubre el cuerpo.

¡¡Monstruos!!...
quisiera romper su burbuja púrpura
y construir una esfinge pérfida
enjaezada con cientos de falos...

Mundo... ¿cómo puedes soportar los piojos
que irritan tu alopecia verde?

Somos trenzas de miel y algodón
cunas fermentadas, quejido mustio
¿por qué la lanza traidora
cuando somos el anhelado amor?

Perdóname Dios, Padre amado
pues hoy me carcome la furia
________________________la angustia

Perdóname...
hoy soy un ángel negro
hoy no diré tu oración
hoy sólo quiero ser obús
que mutila a tus hijos.

©Dina Bellrham

11:52 p.m. 17/09/2006

lunes, septiembre 04, 2006

Distances et absence



Cada noche mis falanges paren circunferencias
y apenas son baúles repletos de viruta
estériles de roces...
vestigios atmosféricos...

No me dejes sin ti...

Le tengo miedo a las horas brunas
y los monstruos conspiran lágrimas
por debajo de mi catre...
ascienden a mi ánfora de alas
mascullen su rosario de blasfemias
y me atavían de ausencias (tus ausencias)
¡se me ríen!
mientras rasguñan mi halo de besos
mientras fragmento tu miga de relojes
mientras descubro que las alevillas
han sido úlceras hambrientas.

No te marches temprano. Quédate.

Tú, mi alabarda de ocasos
¡ven mutila los monstruos!
y nutre pronto las grietas
las manos
las noches
la boca
los días...
y no me dejes nunca...
demasiado suplicio
esta ínsula de insomnios,
esta distancia, este dolor.

Cada noche mis falanges paren circunferencias...
Y nosotros... prismáticos hálitos...
asfixiándonos de imágenes.

Cuenta...


Cuenta hasta uno...
dicen que los lirios
tienen uñas impares...
homólogas a éste vértice
custodiado de arterias...
Cuenta hasta verme sin ojos
hasta apagar mi núcleo
de palabras coherentes
y resumirme...
en un grito epicúreo...
Cuenta hasta dos...
y ahoga tus labios
en mis cúmulos de almizcle
en sus besos erguidos,
dióscuros ataviados de miel...
cuéntales síncopes húmedos
hasta que mi copa vítrea
derrame en la tuya:
el fuego,
la luz siniestra,
¡el hálito mismo!
Cuenta hasta uno....
y cuando llegues a dos
inventa una nueva estrategia
para contarme...