martes, junio 20, 2006

Muñecas


Muñecas
Cuando tenía las manos
homólogas a una libélula,
insignificantes búhos
musitaban cien fábulas
por cada vírgula
que escondía mi palma...
Luego corría
-con mis pies breves-
a despertar sin calma
de sus tïbios catres
a mis niñas sin alma
con caritas de porcelana
y esqueletos de harapos...
Y me pasaba el día
contándoles aquellas fábulas
pintándoles de color hada
las risas que les inventaba...
Con el tiempo crecieron
los pies tan breves
las manitas estrechas;
sus cíclopes me estrujaron
los búhos parlanchines
y vi la orbe, sus llagas...
y ya no tejí trenzas
en mis niñas sin alma,
ya los cuentos quedaron
en sus atavíos de tul,
distantes, cual vestigios,
como sus voces... mudas...
Y hoy me pregunto:
¿Cuándo fue que exilié
a mis muñecas de fe?

11:46 p.m. 10/05/2006

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este me encanta, es un poema muy lindo, con sentimientos y nostalgias muy profundas...

Realmente me conmueve..

tu amigo.

-JG