Yo soy la culpa
la traquea violada por ofidios.
El insomnio
de los padres a la diestra.
Los destruyo
como la rama de los fetos
pendulados en el lago.
Perplejo quedas, Dios
al verme tan distante
de tu vientre.
Tus letras tienen eso que escandila la razón, la existencia. Es el grito metálico y corrosivo de la desesperación; de la insatisfacción que no le cumple protocolos al destino.
3 comentarios:
Quedó bella la imagen, amiga.
Un abrazo sin complejos de culpa
A
Tus letras tienen eso que escandila la razón, la existencia. Es el grito metálico y corrosivo de la desesperación; de la insatisfacción que no le cumple protocolos al destino.
Un beso!
Nos vemos!
Honor a quien honor merece... tu certero poema abre una llaga en el costado más limpio de Dios.
saludo
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