miércoles, noviembre 26, 2008

Penumbra



Mi perro observa su reflejo anonadado…



concilia el sueño entre mis piernas


temprana aullidos, descansa baba,


mi perro huye del gemelo bicolor


que aparece en las sombras.


Nietzsche no pensó en los canes


cuando apolillaba úteros


y enmudecía las trompas de Falopio.

6 comentarios:

Angélica dijo...

Me encantó este poema, amiga.
Sentencioso.

Un abrazo

A

nZa dijo...

1 can = life preview

Anónimo dijo...

BELLO ESTE POEMA COMO TODOS...,ENTERNECEDOR. ERES HERMOSA Y TIERNA, DURA Y DELIRANTE A LA VEZ. UNA GRAN POETA, CON VOZ PROPIA, UNA SENSIBILIDAD INPACTANTE.

NO ME QUEDA MÁS QUE REITERAR MIS EMOCIONES.

¡¡¡TE AMO!!!

Anónimo dijo...

seguramente, nietzsche dejó de pensar en muchas cosas...


saludos

Anónimo dijo...

seguramente, nietzsche dejó de pensar en muchas cosas...


saludos

Anónimo dijo...

Es mi preferido...

Qué más puedo decir?